miércoles, 19 de mayo de 2010

Following the General Election 2010: the views of… Andrew Sparrow



Andrew Sparrow is the senior political correspondent on the Guardian website. He trained as a journalist on the South Wales Echo. Since joining the parliamentary lobby in 1994, he has worked as a political correspondent for Thomson Regional Newspapers, the Western Mail, the Daily Mail and the Daily Telegraph. He has also written a book - Obscure Scribblers: A History of Parliamentary Journalism.
During the last General Election campaign he has done a terrific job running the blog General Election 2010 Live with Andrew Sparrow, from where he has followed the campaign live, minute by minute, providing the readers with tones of information not only about the candidates’ actions, but also about what the media said about them.

We thought we couldn’t find a better way to close this blog of ours than with a short interview to Andrew. We asked him about his job with his blog and what does he think about the campaign. We would like to thank Andrew and everybody else who has taken part in this blog for their collaboration.

How did you manage to work in such a quick an intense manner?
I've been doing live blogging for some time, so I've had lots of practice. We have good live blogging tools at the Guardian, which allow you to launch a fresh post very quickly. I'm used to writing quickly. And it was all very exciting, so it was not hard to keep going.

You've been gathering most of the information from TV, colleagues and the Internet. Did you miss talking to people in the streets?
A bit. In the past I have done election reporting on the ground. I enjoy that, and I think you can learn quite a lot from talking to voters. But I definitely learnt more by looking at the "big picture" and concentrating on what was being said on the TV and on the internet.

Do you think the campaign has been interesting from a communications perspective?
Not as much as we expected. There was a lot of speculation before the campaign started about the role of the internet. But in the end an old medium - television - dominated the campaign.

In your opinion, what have been the keys of the campaign?
Labour had been in power for 13 years, and voters always get tired of a party in power. The economy was very important, and Gordon Brown did not persuade voters that his approach would be better than the Tories's approach. Brown himself was unpopular. With a different leader, Labour may have won. And local organisation made a big difference in particular seats.

viernes, 7 de mayo de 2010

... Y al final gana Cameron, pero tenemos hung Parliament

Daniel PicasTras una larga e intensa campaña, los electores del Reino Unido han votado y, a falta de 34 escaños por asignar, ya hay dos cosas claras: Cameron y sus Tories han ganado las elecciones de forma clara, pero no han conseguido la mayoría absoluta. Habrá que esperar el número final de miembros del Parlamento que obtiene cada partido, pero a juzgar por las últimas prediccines que ha hecho la BBC a las 8 de la mañana (Conservadores: 306, Laboristas: 262, Liberal demócratas: 55 y Otros: 27), Cameron necesitará algún pacto para gobernar de forma estable.

A pesar de la provisionalidad de los resultados, ya se pueden hacer algunas reflexiones:

• Los electores británicos han votado por el cambio. Tras 13 años de gobierno laborista, las polémicas por la guerra de Irak y Afganistán (en menor medida), y la profunda crisis económica, el mensaje es que quieren un gobierno nuevo... pero no tan nuevo como el que proponía Clegg.

• Tras una campaña que ha contado con debates televisados por primera vez en la historia y que registraron audiencias millonarias, los resultados se parecen alarmantemente a los de la encuesta de Harris/Metro del pasado 10 de abril, al inicio de la campaña: Tories 37%, Laboristas 28%, LibDems 20% y Otros 9%. Esto nos hace plantearnos si realmente las campañas, los asesores, los trucos telegénicos en los debates, los gazapos, etc., sirven para influir en la intención de voto o si, como parece, los electores tienen decidido su voto en función de todo el periodo y no sólo de la campaña.

Cameron gana claramente pero no tiene mayoría. Ahora debe buscar apoyos entre aquellos a los que ha menospreciado en campaña, avisando que un hung Parliament sería un desastre para el Reino Unido. Bien, ahora es él el que tiene que lidiar con el desastre.

• La derrota para los Laboristas, a pesar de ser clarísima y severa, no es tan dura como podía haber sido: el desgaste de 13 años de gobierno, la guerra de Irak y la crisis, el "bigotgate", un Gordon Brown en su peor momento y sin el apoyo de la prensa... 262 escaños son un mal menor. Esto no les tiene que impedir entender el mensaje claro de que deben cambiar cosas en el partido para remontar el vuelo, y lo primero puede ser el relevo de Brown.

• Y al revés para Cameron: teniendo todo a pedir de boca (prensa,The Economist, FT, la City y todos lo bancos, cámaras de comercio, etc…) y siendo la alternativa natural, no ha conseguido convencer del todo. Igual aquí puede pasar algo parecido entre Zapatero y Rajoy, veremos...

• Sobre Clegg se pueden comentar varios aspectos:

o Seguramente ha sido el que peor resultado ha obtenido de acuerdo con las expectativas generadas, aunque hay que esperar al número de votos, porque a lo mejor no ha tenido unos resultados tan malos en porcentaje de votos, pero han sido segundos y terceros en la mayoría de zonas y por el sistema inglés, eso no cuenta.

o Sin embargo, parece que mantiene la llave de la gobernabilidad, que no es poco.

o El efecto Clegg del primer debate quizás sí existió, pero se ha dinamitado por la recurrencia al voto útil. Puede que toda la Cleggmanía era más hacia la persona que a sus políticas. A la gente le ha sorprendido Clegg pero no vota libdem, porque las propuestas son demasiado progresistas o, más bien, rupturistas.

Ahora habrá que esperar a que finalice el recuento y ver qué pasos dan los distintos partidos. Se abre un periodo de cierta incertidumbre que puede durar lo que quiera Clegg que, a pesar de todo, tiene la llave de la gobernabilidad.

jueves, 6 de mayo de 2010

Los aspectos clave de la campaña de las elecciones británicas (II)

Xavier Barrachina
Continuando con el post anterior, exponemos lo que han sido en nuestra opinión las claves de la campaña.


El poder de la prensa:
los medios de comunicación han sido decisivos. Siguen siendo el canal imprescindible para que los candidatos transmitan sus mensajes al electorado y fuente de opiniones y debates interesados. Los grandes hitos de la campaña han tenido que ver con los medios: los debates televisados y el ascenso de Clegg, el "bigotgate" de Brown (el origen de todo fue el acuerdo de Brown con una emisora por el que llevaba un micrófono todo el día, un micrófono con el que no contó cuando, en un momento sólo con su equipo, insultó a la mujer), o la ya tradicional (y transparente) apuesta de cada periódico por un partido. Llamativo que Gordon Brown y los Laboristas se quedaron sin el apoyo de ningún periódico mayoritario.

Más allá de los editoriales del pasado fin de semana, los periódicos que más claramente se han postulado por un partido han hecho campaña directamente por sus candidatos: The Telegraph (Tory) intentó hundir a Clegg destapando supuestos escándalos del pasado y The Sun (Tory again) utilizó incluso sus chicas semidesnudas de la página 3 diciendo que Brown y Clegg eliminarán la página si ganan. Veremos con los resultados si mantienen su poder o si los electores se fían más de otras recomendaciones para decidir su voto.

La desafección de los electores:
tras los recientes escándalos de los gastos personales que los miembros del Parlamento pagaban con dinero público, la campaña empezaba con los electores más alejados que nunca de los candidatos, sobretodo los de los dos partidos mayoritarios, y con una evidente voluntad de cambio drástico. Esto ha ayudado a la explosión de Nick Clegg como alternativa real tras su brillante actuación en el primer debate. Habrá que ver si las intenciones manifestadas en las encuestan se transforman en votos reales o a la hora de la verdad los electores apuestan por el "mejor malo conocido que bueno por conocer".

Los mítines:
en las campañas británicas los candidatos siempre han apostado más por multitud de actos de formato medio o pequeño, que por los grandes mítines a los que estamos acostumbrados en España. No ha sido distinto en este caso y han abundado las visitas de los candidatos a pequeñas comunidades o instituciones de referencia (en España puede sorprender especialmente el caso de los discursos en la Citizens UK de Londres, que recibe a los tres candidatos el mismo día, convirtiéndose en "el cuarto debate").

Este formato favorece el contacto directo de los candidatos con los electores aunque obliga a los candidatos a multiplicar sus actos y alargar sus jornadas (Cameron estará 24 horas en acción en el último día de campaña). Esto implica que los candidatos están más expuestos a situaciones inesperadas, como el "Bigotgate" de Brown o el encuentro de Cameron con el padre de un niño con espina bífida que le recriminó sus planes para la educación.

Los gazapos:
era de esperar que una campaña tan larga y con tantos medios (tradicionales y nuevos) encima, recogiera algún gazapo de los candidatos, como así ha sido. El más destacado ha sido sin duda alguna el "bigotgate" de Brown, al que se le ha sacado mucho jugo y seguro que ha afectado a la intención de voto de los Laboristas.

Cameron, sin cometer errores como el de Brown también ha tenido que afrontar situaciones incómodas como el encuentro con el padre de un niño que sufría de espina bífida que le recriminó sus planes para aumentar las escuelas especiales en lugar de apostar por la integración de niños afectados por enfermedades o discapacidades en escuelas generalistas. A pesar de aparecer el incidente en todos los noticiarios televisivos, parece haberle afectado menos que a Brown su "bigotgate". A niveles más secundarios, laboristas y conservadores han tenido que expulsar a candidatos de sus partidos por comentarios desafortunados hechos en sus webs o redes sociales.

La necesidad del cambio:
se ha palpado durante toda la campaña. El escándalo de los gastos desorbitados de los parlamentarios ha sido la gota que ha colmado el vaso de la paciencia de la gente. No sólo están cansados de 13 años de laborismo, sino que el cambio que demanda la sociedad británica es de la clase política en bloque. Esto ha favorecido la espectacular eclosión de Nick Clegg como rostro de la "nueva política". Ha consolidado su imagen de alternativa factible, robándole a Cameron una parte importante del espacio del cambio. Habrá que ver quién se lleva más votos de los descontentos.

El hung parliament:
el Reino Unido es un país con poca cultura de gobiernos de coalición. Tradicionalmente siempre se han decantado por uno de los dos partidos mayoritarios encargándoles gobernar en solitario. La irrupción de los Liberal Demócratas como alternativa unida al descenso de los Laboristas ha abierto la posibilidad de que se de un hung parliament como uno de los temas centrales de la campaña.

Cameron no se ha cansado de avisar que un gobierno sin mayoría sería lo peor que le podría pasar al país en tiempos de crisis, mientras los otros dos partidos no lo han visto con malos ojos, seguramente porque puede que sea su única posibilidad de gobernar.

Los aspectos clave de la campaña de elecciones británica (I)

Daniel Picas A pocas horas de que cierren las urnas y ante lo que parecen ser las elecciones más reñidas de los últimos años en el Reino Unido, presentamos el primero de los posts con lo que consideramos ha sido fundamental en estas elecciones británicas.

La crisis económica: la crisis económica golpea con mayor fuerza a los candidatos que optan a una reelección y favorece a la oposición, que parte en principio con ventaja.

Brown partía con el lastre del actual escenario económico, más si cabe cuando el reinado laborista ha durado 13 años y parte de sus votantes consideran necesario el cambio.

Nick Clegg ha sabido postularse como el líder del cambio restándole a David Cameron la oportunidad de generar una mayor ilusión. La economía, que podría haber sido el TEMA de las elecciones, no ha sido la gran baza de Cameron, que se ha visto superado por Clegg en propuestas, y por Brown en el terreno de los hechos.

El debate televisado: el que en el Reino Unido nunca se hubiera televisado un debate entre los candidatos ha disparado las audiencias, siendo frecuentes las reuniones en bares y pubs para seguir los debates como si de partidos de fútbol se tratase. Solo así se explica que Nick Clegg se metiera en el bolsillo a buena parte del electorado tras el primer debate cuando sus propuestas políticas distan de ser mayoritarias.

Más el personaje que las propuestas: en la sociedad espectáculo, los gestos, la imagen o las palabras tienen más impacto que las propuestas. Ante la abundancia de datos e información, el electorado se ha dejado guiar por las sensaciones que transmiten los candidatos. Se explica así que Brown haya ocupado siempre el tercer lugar en las encuestas sobre los tres debates televisados.

Internet y el 2.0: parece que las nuevas teconologías no han tenido el impacto que algunos pronosticaban antes de comenzar la campaña, a juzgar por la importancia de la televisión.

En todo caso, su efecto no se puede minimizar ya que los tres partidos principales han estado tremendamente activos en internet, sino que se podría pensar que, en parte, se han neutralizado. Lo que es evidente es que ya no hay vuelta atrás y el uso de las redes sociales seguirá evolucionando y sofisticándose.

Alea jacta est

Xavier Barrachina La suerte está echada en las elecciones británicas. Tras un intenso mes de campaña (aunque ya sabemos que un político SIEMPRE está en campaña), es el momento de hacer balance. A partir de mañana, lo que tocará ya es analizar los resultados, pero eso se lo dejaremos a los especialistas :-)

En este post, vamos a resaltar aquello que nos ha parecido mejor o peor de cada uno de los candidatos.

Nick Clegg


Nick Clegg Lo mejor: Su capacidad para autodefinirse en el primer debate. Más allá de sus ideas políticas, la audiencia entendió "que él no era como los dos viejos partidos". Esa idea se impuso con fuerza y modificó el devenir de la campaña. Cambió la hoja de ruta de los dos candidatos y, sin duda, ha sido el gran animador de la política británica durante este mes. Ha jugado con fuerza la baza de las acciones de comunicación 2.0 y no ha cometido ningún error de bulto.

Lo peor: Quizás su perfil poco dado al entusiasmo, lo que quizás ha frenado la ola de cambio que podía avecinarse tras la respuesta al primer debate. Su discreción y buenas formas le ayudarán a consolidar su papel en la política británica pero es posible que hayan impedido un resultado todavía más espectacular en las votaciones del día 6 de mayo. Su defensa de la amnistía para los inmigrantes ilegales le jugó una mala pasada durante el tercer debate ya que se mostró excesivamente tibio en la argumentación.


Gordon Brown

Gordon Brown Lo mejor: Ha sido él mismo, para lo bueno y lo malo. Ha tenido días horrendos pero también buenos discursos, como los del lunes y martes de la semana final. En los debates, ha sabido transmitir su capacidad de liderazgo pero le ha traicionado su poca fotogenia, la mejor oratoria de sus dos rivales y, por supuesto, el desgaste de trece años de Gobierno laborista con sombras y luces.

Lo peor: Su error garrafal al insultar a una jubilada en un acto electoral, llamándola "bigot", pasará al anecdotario de las meteduras de pata. El cansancio y la falta de entusiasmo han podido influir negativamente en las bases laboristas, que no se han movilizado como en anteriores comicios.


David Cameron

David Cameron Lo mejor: No ha cometido ningún error y ha estado correcto en los dos últimos debates, sin brillar en ninguno. Partir como favorito seguramente le ha limitado pero la entrada en liza de Nick Clegg, aunque le sorprendió al principio, ha sido un revulsivo importante para el resto de la campaña, en la que ha ido de menos a más. Desde antes de ser elegido líder Tory, Cameron ha apostado por la renovación del partido y su política de comunicación. La idea de una jornada de 24 horas seguidas, para cerrar la campaña.

Lo peor: No ha sabido contagiar entusiasmo y, por ello, su ventaja es escasa a pesar del cansancio con el que el país ha vivido el último Gobierno laborista. Algunas de sus ideas económicas no son nada populares y eso le ha obligado a rebajar ciertas partes de sus argumentos electorales. En el primer debate estuvo nervioso ante la buena actuación de Clegg.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Following the campaign: the views of… Laura Davis

laura davis It's only one day left for the British to vote and we have the great pleasure to interview Laura Davis and hear her views on the campaign. Laura is an analyst and consultant based in Belgium. She works on EU foreign policy, particularly on how human rights are handled in conflict zones. She has worked in the Middle East and Africa, including two years in the Democratic Republic of Congo. She follows EU, UK and Belgian politics.

1. Are you following the British General Election campaign? How are you following it (through what kind of media)?
I live in Belgium, and I mainly follow the election through the traditional media – BBC radio 4 (available here on long wave, or online); BBC TV One and Two; the Guardian newspaper online and the Economist.

2. Is there anything special that has surprised you so far?
This is the most exciting election since 1997 – and the Lib Dem’s success has been a great (and welcome) surprise.

3. Which candidate do you believe is communicating his message to the voters in a better way?
I find Nick Clegg’s style much more attractive than Brown or Cameron, and I think his message of real change is coming over very effectively. I’m not sure how much content he is transmitting on policy, it seems to be more about style, a break with the past, and building trust with the electorate. This is also the first time I have experienced an election which is so focussed on personality (although that might be the skewed effect of living abroad) – and Clegg seems much more reasonable, and well, normal, than the other two. And he has Vince Cable, who although hasn’t done so well recently became so well-known and well-trusted during the financial crisis that the Lib Dems were able to build up credibility in a way they had not previously been able to.

4. In the UK the maximum investment the parties can make in a campaign has been limited. Do you think this limitation is necessary? Will it help the parties to think for new ways of communications?
Yes I think it is necessary, to reduce the power of (very) big business in the Tory campaign (and the trades unions in the labour campaign). I don’t know whether limitations on budget affect communications – I think reaching new target groups (the young) / special interest groups might have more to do with it. (Although as an expat I’m not exposed to poster campaigns, adverts etc…)

5. Which kind of media do you think will be key to reach the voters (TV, Internet, written press…)? Why?
I’m a very traditional media consumer. I read the a newspaper (online), listen to the radio (also online) but don’t consume much “new media.” I get the impression that new styles of communication – like the debates – may have more impact than the media used to transmit messages.

6. British politicians are being pioneers in using social media and web 2.0 tools in their Communications with their voters. Do you think this helps them to get closer to their electors?
I don’t use social media in this way, and I don’t think I would be influenced by it.

7. Do you think any aspect of the British campaign can be applied abroad, especially to the Spanish one?
This election is unusual for the UK because of the very low trust in parliament following the expenses scandal, a build up of opposition to eg. Iraq, and the fall out from the financial crisis. But perhaps one thing that could be applied elsewhere are the TV debates – although Spain may already have them?

martes, 4 de mayo de 2010

Gordon Brown echa el resto con su mejor discurso

Xavier Barrachina
Ayer fue el día en que, por fin, apareció Gordon Brown en campaña. Ya casi ni se le esperaba cuando, de repente, ante un auditorio medio de 2.500 personas integrantes del movimiento social Citizens UK, sorprendió con el mejor discurso que se le ha oído hasta ahora. Ante un auditorio preocupado por las políticas sociales, Brown supo articular un discurso sólido pero, sobre todo, emocionante.

El candidato laborista fue directo y conciso en la explicación de las medidas sociales, especialmente cuando detalló sus planes para seguir incrementando el salario mínimo. Pero, además de la fe en sus ideas que siempre ha demostrado, ayer Brown también transmitió con su lenguaje corporal un compromiso y capacidad de lucha que no se había visto hasta ahora. Un ejercicio sorprendente tras tres semanas de campaña de tono grisáceo en las que sólo ha brillado, intermitentemente, durante los debates electorales y en las que también ha cometido el error de bulto del "bigotgate".

Desde que ayer por la mañana se divulgó la información sobre este discurso, las bases laboristas parecen haber recobrado parte del entusiasmo perdido por las malas expectativas que presentan las encuestas. A pesar de todo, los resultados van a ser tan ajustados que cualquier voto ganado a los indecisos puede decidir escaños decisivos en las demarcaciones con diferencias de votos mínimas. En ese sentido, si el discurso de ayer logra movilizar de nuevo al Partido Laborista servirá, como mínimo, para detener la sangría de votos y mantener aquellos escaños que están en peligro de caer del lado liberal-demócrata o conservador en zonas que habían sido tradicionalmente laboristas.

Y es que muy probablemente son precisamente estos escaños en disputa, lo llamados marginals, los que van a decidir el resultado de las elecciones. Brown necesitaba algún golpe de efecto después de que, por primera vez, este fin de semana han aparecido encuestas que apuntaban la posibilidad que Cameron logre la mayoría en el Parlamento, algo que el candidato Tory ha aprovechado para sacar pecho e investirse como próximo primer ministro. Lógicamente, los otros dos candidatos (Clegg especialmente) le han reprochado su actitud arrogante y le han recordado que sigue habiendo un importante número de indecisos y que el poder debe ganarlo en las urnas y no en las encuestas.