jueves, 6 de mayo de 2010

Alea jacta est

Xavier Barrachina La suerte está echada en las elecciones británicas. Tras un intenso mes de campaña (aunque ya sabemos que un político SIEMPRE está en campaña), es el momento de hacer balance. A partir de mañana, lo que tocará ya es analizar los resultados, pero eso se lo dejaremos a los especialistas :-)

En este post, vamos a resaltar aquello que nos ha parecido mejor o peor de cada uno de los candidatos.

Nick Clegg


Nick Clegg Lo mejor: Su capacidad para autodefinirse en el primer debate. Más allá de sus ideas políticas, la audiencia entendió "que él no era como los dos viejos partidos". Esa idea se impuso con fuerza y modificó el devenir de la campaña. Cambió la hoja de ruta de los dos candidatos y, sin duda, ha sido el gran animador de la política británica durante este mes. Ha jugado con fuerza la baza de las acciones de comunicación 2.0 y no ha cometido ningún error de bulto.

Lo peor: Quizás su perfil poco dado al entusiasmo, lo que quizás ha frenado la ola de cambio que podía avecinarse tras la respuesta al primer debate. Su discreción y buenas formas le ayudarán a consolidar su papel en la política británica pero es posible que hayan impedido un resultado todavía más espectacular en las votaciones del día 6 de mayo. Su defensa de la amnistía para los inmigrantes ilegales le jugó una mala pasada durante el tercer debate ya que se mostró excesivamente tibio en la argumentación.


Gordon Brown

Gordon Brown Lo mejor: Ha sido él mismo, para lo bueno y lo malo. Ha tenido días horrendos pero también buenos discursos, como los del lunes y martes de la semana final. En los debates, ha sabido transmitir su capacidad de liderazgo pero le ha traicionado su poca fotogenia, la mejor oratoria de sus dos rivales y, por supuesto, el desgaste de trece años de Gobierno laborista con sombras y luces.

Lo peor: Su error garrafal al insultar a una jubilada en un acto electoral, llamándola "bigot", pasará al anecdotario de las meteduras de pata. El cansancio y la falta de entusiasmo han podido influir negativamente en las bases laboristas, que no se han movilizado como en anteriores comicios.


David Cameron

David Cameron Lo mejor: No ha cometido ningún error y ha estado correcto en los dos últimos debates, sin brillar en ninguno. Partir como favorito seguramente le ha limitado pero la entrada en liza de Nick Clegg, aunque le sorprendió al principio, ha sido un revulsivo importante para el resto de la campaña, en la que ha ido de menos a más. Desde antes de ser elegido líder Tory, Cameron ha apostado por la renovación del partido y su política de comunicación. La idea de una jornada de 24 horas seguidas, para cerrar la campaña.

Lo peor: No ha sabido contagiar entusiasmo y, por ello, su ventaja es escasa a pesar del cansancio con el que el país ha vivido el último Gobierno laborista. Algunas de sus ideas económicas no son nada populares y eso le ha obligado a rebajar ciertas partes de sus argumentos electorales. En el primer debate estuvo nervioso ante la buena actuación de Clegg.

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